Historia de la máquina de Afeitar

Hay que dejar en claro, que antes de las maquinas de afeitar, lo que se crea y se ofrece al público son las maquinillas de afeitar. Su origen data del siglo XIX, y su inventor es alguien cuyo apellido sin duda nos resulta familiar. Nos referimos, nada más y nada menos, que al estadounidense King Camp Gillette (1855-1932). Este hombre era bastante peculiar. En primer lugar, era un vendedor y comerciante. Pero, sobre todo, era un viajero frecuente.

En sus constantes viajes, se percató de lo incómodo, que es afeitarse con una navaja barbera. Además, se trata de un ritual que le quita mucho tiempo y esfuerzo.

Es entonces, cuando se le ocurre la idea hacer una cuchilla de afeitar, que fuese desechable, que se sustituyera por otra, una vez perdiese el filo. Esa idea, es el germen de las maquinas de afeitar. Además, fue el inicio de su éxito. Todos sabemos que hoy en día las empresas Gillete son relevantes en este campo.

El proceso de aparición de la primera maquinilla. En primer lugar, se optó por mejorar las cuchillas. Acto seguido, se modifica el mango y la manera en que se usa el implemento. Mientras que la típica navaja barbera, se usa como un cuchillo, las nuevas maquinillas tenían un agarre diferente, más parecido al de un rastrillo.

Para el año 1901, ocurre que King Camp Gillette, funda la empresa llamada American Safety Razor. El número de registro para la patente de su invento fue el 0056921.  Lo cierto es que estas primeras maquinas de afeitar (o maquinillas, mejor dicho), no tienen un gran éxito al inicio. En el primer año, solo se venden un total de 51 navajas y 168 hojas. Un inicio poco alentador, pero que no hizo, que su creador se amilanase.

Poco a poco, la gente se da cuenta que estas nuevas maquinillas, que proporcionan protección durante el afeitado. Implicaban menos cortes en la piel. Igualmente, eran menos propensas a generar infecciones. Necesitaban menos mantenimiento y cuidados en general. Además, eran sumamente económicas. Las maquinas de afeitar podían desecharse y comprar otras. No eran tan costosas como las navajas barberas, que solían ser de precios elevados.

Gracias a lo antes dicho, las ventas repuntan notablemente durante el segundo año. En ese lapso, se expenden un total de 90.884 navajas (el anterior solo se habían vendido 51) y un total de 123.649 hojas (previamente solo se habían expendido 168). El crecimiento de la empresa empieza ser exponencial. Para 1908, Gillete, cuenta con fábricas de maquinas de afeitar en Canadá, Gran Bretaña, Francia y Alemania. ¡Algo en verdad increíble!

Otro dato interesante, es que la venta de navajas fue de 450.000 unidades y la de cuchillas-hojas superó los 70 millones de unidades en 1915. Se trata de un éxito rotundo. Los mayores consumidores terminan siendo los viajeros, quienes se sienten más cómodos usando estos implementos, en lugar de las incómodas navajas barberas. Es así como se articula un cambio notable gracias a las maquinas de afeitar, en el campo del aseo personal.

No obstante, el momento de éxito definitivo de Gillete, ocurre con el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Específicamente en 1917, el gobierno le compra a la empresa paquetes de kits de afeitado para los soldados. Semejante caudal de ventas, no solo le da ganancias, sino también popularidad. No obstante, ocurre que King Camp Gillette, termina cediendo los derechos a su empresa a sus socios, y casi termina en bancarrota.

La anterior historia, refleja el inicio de las maquinillas y las maquinas de afeitar. Estas han evolucionado notablemente a lo largo del tiempo. En primer lugar, hay que indicar que el acero que usaban se oxidaba con frecuencia. Es hasta los años sesenta (60), que se incorpora el uso del acero inoxidable en las mismas. De esta manera, el implemento de afeitar, solo se deshecha cuando pierde el filo y no cuando se oxida, lo cual es una gran ventaja.

Posteriormente, en los años setenta (70) aparecen las denominadas maquinillas de cartucho, que usan dos hojas en lugar de una sola. Además, surgen muchas otras fábricas, que ponen a la venta este producto con sus peculiaridades y formas. Una de las ventajas de las maquinas de afeitar y las maquinillas, es que son sumamente económicas. La gente no necesita invertir mucho en ellas y por eso, no hay mayores inconvenientes en desecharlas para comprar otras.

En nuestros días, se trata de un implemento bastante común. Hay que agregar que estas máquinas, ya han superado el siglo de existencia. Además, han trascendido las fronteras del mundo occidental. Por ello, es posible encontrarlas en Asia y en el mundo árabe. Sin duda, se trata de un invento, que ha simplificado la vida de las personas. Por ello, vale la pena conocer su historia y divulgarla, tal y como estamos haciendo en los párrafos de este texto.

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